lunes, 24 de marzo de 2008

¡A LA VIRGEN MARIA DEBEMOS VENERARLA O ADORARLA?

¿A la Virgen María debemos venerarla o adorarla?

Sin duda alguna, debemos venerarla como que es la Madre de Jesús de Nazareth y Madre de todos los vivientes, como regalo de Jesús desde la Cruz, en la persona del discípulo amado.

Adorar sólo adoramos a Dios. Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

María Santísima es nuestra COMPAÑERA de camino en la Fe .

Rahner dice de María :

- Mujer del pueblo, pobre, que aprende, que está muy comprometida en la situación histórica, religiosa y social de su tiempo.
- Persona humana, no un ser divino,
- Mujer que desde el gris diario de su situación aceptó para si y para los demás SU MISION en la historia de la salvación, con sus actos, sufrimientos, aprendiendo a través de la inseguridad, en Fe , Esperanza y Amor.
- Modelo y Madre de los creyentes.

Pensemos en una actitud de Fe en María: El aceptar su misión sin entenderla….. abierta a Dios, abierta a los demás.

María es el modelo entrañable de Disponibilidad, de Cercanía a los hermanos y hermanas.

María que visita a su prima Isabel embarazada a punto de dar a luz y la ayuda en el parto. Está como servidora en las cosas importantes para los demás.

María que acepta la invitación a la Boda de unos amigos en Caná y en la alegría de la fiesta se da cuenta del apuro en que se encontraban los amigos, faltaba el vino, símbolo de la alegría, y con delicadeza y firmeza logra de su Hijo el primer milagro. María que mueve el corazón de Jesús para beneficio de aquellos contrayentes amigos suyos para que no faltara la alegría en la Boda. Delicada, sensible, que observa las necesidades del prójimo.

¿ Podemos afirmar que María fue la primera cristiana?
Sí, sin duda alguna. En ella se ve como Dios quiso salvar a la humanidad y cómo debemos responder a la iniciativa de Dios.
Dios actuó en ella, María supo ser abierta y fiel a Dios.

María modelo, prototipo de lo que la Iglesia desea ser: decirle SI a Dios, y Vivir el Evangelio.

María es IMAGEN Y GARANTIA del destino de gloria y salvación que Dios nos prepara.

Observemos para imitar en María :
- Su disponibilidad
- Su austeridad, sencillez, humildad.
- El Ser amorosa madre
- Mujer fuerte al pié de la cruz.
- Generosa
- Intercesora, abogada nuestra.
- María ES EL MODELO DEL LAICO(a) CRISTIANO

domingo, 23 de marzo de 2008

LA CINCUENTENA PASCUAL-EL GRAN DOMINGO

LA CINCUENTENA PASCUAL- EL GRAN DOMINGO

Finalizado el Triduo Pascual y vivido el Domingo de Resurrección con toda la fuerza que tiene para los cristianos la Semana Santa, entramos en la cincuentena Pascual o lo que podríamos denominar EL GRAN DOMINGO, ya que ese lapso que media entre el domingo de Resurrección y Pentecostés se celebran como si fuera un único día festivo, un gran domingo.

A lo largo de esta cincuentena pascual conmemoramos la Resurrección de Jesús, el tiempo que vivió con los discípulos, la Ascensión gloriosa al cielo y la venida del Espíritu Santo .

Jesús, EL SEÑOR, en su gloria. Jesús que vuelve al Padre como cabeza de la humanidad.

La Iglesia celebra este tiempo con alegría, jubilosa, está celebrando su propio ser, desde la experiencia de la Pascua, celebra llena de gozo y con gran energía, unida a su Maestro, a su Señor, a su Creador, hasta la madurez de la Venida del Espíritu Santo ( en Pentecostés), porque en ese momento el Espíritu la llena de verdad y de fuerza para el cumplimiento de la misión que le es encomendada por el propio Señor Jesucristo.

Nosotros los cristianos vivimos en este tiempo la experiencia de la vida nueva, la vida de resucitado del Señor Jesús y cada año al repetir esta experiencia le vamos dando las acentuaciones que derivan del compromiso de hacer presente el Reino de Dios en nuestras realidades temporales.

Con la Ascensión nos queda asegurado nuestro destino :
¿ ad quen ibimus? ( ¿ a donde vamos?) : AL PADRE.
Es que se inaugura el Reino definitivo, pleno que abarcará a toda la humanidad y a toda la creación.

La venida del Espíritu Santo (Pentecostés) nos llena de fuerza, de gracia, para vivir la historia de salvación que es pascual porque viene de la Pascua de Jesús y camina hacia la Pascua plena, perdurable.
Los Apóstoles, la primitiva Iglesia experimentó la presencia de Jesús Resucitado, comieron y bebieron con EL, lo contemplaron en su Ascensión al cielo en su gloria; esperaron la promesa del Espíritu Santo y lo recibieron en plenitud en Pentecostés, y ahora, en nuestra actualidad, para cada uno de los cristianos y para la Iglesia toda ella, el tiempo pascual es fundamental para el resto del año.

La comunidad cristiana marcha hacia la salvación, y eso lo veremos más profundamente en el tiempo que vendrá después de Pentecostés, el “Tiempo Ordinario” . En este tiempo no debemos descuidar nada. No debemos decaer en el abandono litúrgico-pastoral. Por el contrario, intensifiquemos la vivencia de la vida litúrgica y del quehacer pastoral asumiendo nuestra vida de DISCIPULOS, preparándonos y ocupándonos de la Evangelización, de dar a conocer la Buena Noticia de Jesús Resucitado, mostrando a todos los que nos miran que para nosotros Cristo es CAMINO, VERDAD Y VIDA., y lo es durante todo el año, durante toda nuestra vida, no sólo por unos pocos días de celebración fuerte.

Agrandemos nuestros corazones , demos rienda suelta a nuestras voces para proclamar el gran amor de Dios por la humanidad, que no escatimó en hacer que Su Palabra, el Verbo eterno de Dios se hiciera presente en nuestra vida humana en Jesús de Nazareth nacido de aquella mujer jóven judía María que dio su vida, la entregó como el supremo sacrificio de amor por la redención de toda la humanidad que había caído por el pecado original.

Como dice un conocido cántico “ FELÍZ CULPA LA DE ADAN QUE NOS MERECIO TAN GRANDE REDENTOR”

Milton Iglesias Fascetto
Diác. Permanente