lunes, 2 de noviembre de 2009

COMO HABLARLE HOY AL MUNDO AL QUE LA IGLESIA DEBE SERVIR

¿ CÓMO HABLARLE HOY AL MUNDO AL QUE LA IGLESIA DEBE SERVIR?

No tenemos ninguna duda de que al mundo que nos rodea, al “mundo” en que nos movemos , es necesario hablarle con competencia, con valentía, con cierto arrojo, y en un lenguaje que le resulte accesible para que pueda entender.

Muchas veces oimos decir de los clérigos que conformamos el cuerpo ministerial ordenado de la Iglesia que “ se meten en política” , “ se comprometen en política” , y no faltan los que manifiestan su agrado de que permanezcamos “sin ensuciarnos con el barro mundano” dentro de los muros de los templos, o como se dice vulgarmente “ metidos en la sacristía”.

Pero, todo cristiano por razón de su bautismo no puede ser ajeno al compromiso de transformar las estructuras del mundo en más humanas, porque si son más humanas serán más cristianas. Uno se pregunta : ¿ es posible no comprometerse en política en razón de la Fe? : Creemos y confiamos en Dios, creemos en el Reino haciendo lo que nos es posible por vivir – coherencia fe-vida- los compromisos que derivan del Evangelio .
Una cosa será el compromiso de anunciar los VALORES evangélicos para ayudar al discernimiento de los Laicos y Laicas en la opción partidaria que adopten – la que es personal e intransferible- y otra la política partidaria propia de estos hermanos y hermanas laicos(as) que tienen una misión propia en la transformación social.

¿Porqué afirmo lo precedente? Sabiendo que a los Diáconos permanentes no nos alcanza la prohibición de actuación partidaria, pienso que cada uno tendrá que evaluar si sus compromisos eventuales en tal sentido sirven o no para la unidad de la Comunidad. Quizás en la mayoría de los casos puedan llegar a dividir, y allí haríamos la opción de tratar las grandes líneas de la doctrina social cristiana, los valores evangélicos y todo lo que pueda servir de orientación y ayuda para el discernimiento de cada fiel hecho ya sea personal, en su familia o en su pequeña comunidad o grupo. Las Pautas de orientación política elaboradas por la C.E.U. sin duda son material muy importante a tener en cuenta para las reuniones en que se participe, en las homilías de las Eucaristías que puedan ser confiadas, o en todos los casos en que tengamos oportunidad de dar pistas para quienes como todos los cristianos deben decidir a quién o quienes respaldan con su voto.

Luego si las estructuras resultan injustas no podemos lavarnos las manos a lo Pilatos y dejar de exigir el respeto por la dignidad humana y por los derechos de los seres humanos que, al fin y al cabo, fueron creados por Dios a su imagen y semejanza.

Afirmamos categóricamente que no es posible vivir en forma aséptica, como en una burbuja, alejados de la vida del mundo. En cambio vivimos en medio del mundo. La Iglesia no tiene razón de ser en sí misma, sino como Sacramento ( que hace presente) a Dios en el mundo y para el mundo. La Iglesia sirve al mundo.

¡ qué mayor servicio que orientar al mundo hacia Dios!
Como Madre y Maestra del mundo, facilite las herramientas para alcanzar la vida plena, para participar del Reino de paz, de justicia y de amor que es el Reino de Dios.

No faltarán quienes por mezquinos intereses mundanos de opresión, de mando, de compromisos contraídos con grupos de poder, enemigos de la cruz de Cristo, pretendan encerrar a la Iglesia y a sus integrantes confinándoles como se dijo más arriba entre las paredes del templo o de recintos anexos a éstos ( sacristía, casa y/o salones parroquiales, etc.) como si lo relativo a la Fe, lo espiritual nada tuviera que ver con la vida de los seres humanos en este mundo.

Alcanza con pensar un poco en la Navidad, cristianos y no cristianos, agnósticos y ateos celebramos todos esa fecha, aunque quizás y sin quizás con acentos muy diferentes. ¿ qué celebramos nosotros los cristianos? El nacimiento terrenal del verbo, la palabra de Dios que se encarnó por obra del Espíritu Santo en María una jovencita del pueblo de Israel. ¿ quien es ese hijo? JESUS, CRISTO, JESUCRISTO, como lo llamemos. CRISTO significa DIOS SALVA, DIOS LIBERA.

Por eso llamamos a Cristo, EL SALVADOR. Es conocido también como el Emmanuel, el Dios con nosotros.
Detengámonos a reflexionar ¿ con quienes se identificó Jesús? : con los más pobres, con los que sufren, con los oprimidos, los perseguidos, los discriminados, los que carecen de lo más elemental.
¿ y qué nos enseñó? Que no es posible desvincular el amor al prójimo del amor a Dios. “miente quien dice que ama a Dios al que no ve y no ama al prójimo al que ve”.

No es posible cantar alabanzas a Dios con nuestro cuerpo a la vez que ignoremos contemplar los rostros de los sufrientes. En el mundo aún Cristo sufre y llora, cada vez que encontremos a alguien que sufre o llora. El amor a Dios, en razón del alcance de la Ley Divina, de los Mandamientos, se mide por el amor al prójimo.

Hombres y mujeres de hoy, jóvenes de hoy, es la hora de reaccionar con valentía, no tener miedo de proclamar: CREO EN DIOS, creo en CRISTO, creo en el ESPIRITU SANTO DE DIOS, creo en el PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA ( la Iglesia) y PROCURO ser en ella y por ella, para el mundo en el que vivo, testigo del amor de Dios para con la humanidad toda.

Vivamos alegres, como nos exhorta Jesús. Los cristianos debemos ser alegres no por la alegría que nos causen las agresiones recibidas, los desprecios, las marginaciones, las persecuciones, etc. sino porque todo ello se asume por el amor a la Fe en Dios creador y salvador. Consagremos entonces nuestras vidas al Señor y a su Reino, siendo testigos fieles de que Dios ama sin medida a las criaturas hechas a su imagen y semejanza y que espera con los brazos abiertos al pecador arrepentido para perdonarlo y re-engancharlo en el pueblo que lo sigue en la Tierra.
Como buen Padre de familia, Dios celebra fiesta cada vez que uno de nosotros, seres humanos, nos reconciliamos con él, con el pueblo peregrino en la tierra y con nosotros mismos.

A no decaer pues, en el servicio que todo cristiano presta o debe prestar al mundo en el que vive, en razón de la Fe en Dios, y en el cumplimiento fiel de sus mandamientos que se resumen en AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PROJIMO COMO A SI MISMO POR AMOR A DIOS.

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