lunes, 23 de noviembre de 2009

DIFERENCIAS SOCIALES . RIQUEZA-POBREZA

DIFERENCIAS SOCIALES: RIQUEZA Y POBREZA

Si bien mi exposición la hago como integrante de la Iglesia Católica, inspirándome en una presentación que el P.Javier Galdona hiciera tiempo atrás para los diáconos de Montevideo, las formulaciones y preguntas que deje expuestas son válidas para todas las expresiones religiosas que coexisten en nuestro País. Cada uno podrá extraer de la ponencia lo que considere aplicable a su propia confesión religiosa.

Sin ninguna duda la Iglesia es parte de la Sociedad en la cual realiza su obra. Es una Institución que Jesucristo creó en el mundo pero para que sea sacramento de EL en el mundo., para el servicio del mundo. De TODO EL MUNDO.

En el Uruguay no siempre fue así. Hubo una pastoral de cristiandad donde la Iglesia se proponía como “ la institución perfecta” Por un lado estaba la Iglesia Santa y sin la cual no había salvación y por otro el mundo pecador.

Tanto que un historiador como Giovanni Papini señalaba al mundo como un estiercolero.
En esa manera de pensar la Iglesia se aisla. Podríamos decir que funda su gremio, su mutualista, su banco, su diario, etc.

Gracias a Dios, esa forma de presentación PASÓ , y el Concilio Vaticano II definió que los dolores y las angustias, la alegría y esperanza de los seres humanos son los dolores, angustias, alegrías y esperanza de la Iglesia.


Entonces el Señor nos llama a TODOS los bautizados a llevar adelante en este mundo una misión especial.

Muchos piensan que la Iglesia en lo social debería “encargarse de los pobres”. No entendieron entonces lo que significa la “opción fundamental por los pobres”.

Los pobres son el objeto predilecto de la Iglesia, pero ellos también son Iglesia.,y no siempre todos lo entienden así.

No debemos buscar formar una Iglesia “para los pobres” sino de los pobres. Entonces no sólo son objeto de atención, tienen el mismo derecho que cualquier otro bautizado.
No se trata de compadecerse de los pobres, hay que cambiar la mentalidad, opción por los pobres sí, pero no por sino CON los pobres. ¿ nos sentamos a su Mesa?.

Sin duda que la perspectiva social de la misión de la Iglesia es globalizada. Pero el desafío de la realidad no es sólo atender las estructuras sociales, sino evangelizar a todos los seres humanos en su realidad social.

Vale la pena entonces preguntarse ¿ qué entendemos por los pobres? Algunos definen por pobres sólo a los carentes de fortuna, a los que nada tienen, a los que pasan hambre, no tienen vivienda o vestido.

Sí, éstos son pobres, pero la acepción que debemos manejar para la palabra pobres es “los rostros sufrientes”. Y en todas las perspectivas de la realidad social hay muchos rostros sufrientes por muy diversos motivos.

Por otra parte, los pobres son los más perjudicados en una situación social.

La Iglesia deberá llevar adelante su accionar, pero acompañado por los derechos de esas personas destinatarias, y nunca nada sin ellas.

Además, no todas las realidades sociales que generan esos rostros sufrientes, son todas iguales.

La misión de la Iglesia no es arreglarlo todo. Lo que sí es esencial en la Iglesia es la promoción y desarrollo humano.

Evangelización y Humanización son objetivos claves. Tengamos presente que Evangelizar es sinónimo de tener una vida como la de Cristo porque EL fue plenamente hombre. Además todo aquello que humaniza es signo del Reino.

¿ Cómo cumple su misión la Iglesia? A través de TODOS sus integrantes.

Muchas veces ocurre que algunos agentes pastorales creen que “van a salvar a alguien”. No, no vamos a salvar a nadie, sino vamos a ser elemento que permita dignificarse a aquellos que destinemos nuestra misión. Lo que debemos buscar es la transformación de la realidad total.



¿ La finalidad será el asistencialismo? Evidentemente que no. Está bien ayudar, colaborar con las personas mientras que nos ocupemos por cambiar la realidad social, donde no existan injusticias sociales.

Decimos siempre que Dios nos habla “ desde los acontecimientos de la vida”, “ desde la realidad social”.
De ahí que nuestro actuar en la realidad social es el lugar de encuentro, y de allí sale el animar a los integrantes de las comunidades eclesiales para DAR RESPUESTA a las situaciones de injusticia.

¿Qué quisiéramos entonces pedir a nuestros gobiernos? Que posibiliten el accionar de la Iglesia para dar esa respuesta.

Frente a los desafíos de la realidad social nos acostumbramos a cualquier cosa ( Iglesia, realidad social,,etc) pero los pobres exigen buscar alternativas distintas.

¿ No será hora de que TODAS LAS CONFESIONES se UNAN en la obra común de promover, dignificar, integrar a los pobres? Si integramos a los pobres en cuanto sujeto ellos nos transformarán a nosotros. ¿ porqué entonces no hacer más frecuentes los encuentros buscando lo que nos une por encima de lo que nos separa para promover el dinamismo laboral, para la búsqueda de la transformación social en más justa, más humana?




Busquemos JUNTOS elevar la autoestima agredida de quienes no tienen trabajo, de elevar su dignidad como personas. Y para quienes lo tienen, analicemos si el mismo es dignificante o no.

Basta de encerrarnos entre iguales formando ghetos!!!!! Tenemos que percibir la historia de salvación en la realidad social.


¡ Cuánta falta nos hace la humildad! Ver que el Espíritu Santo actúa fuera de nuestra expresión religiosa tanto como adentro de ella.

Propongámonos y llevémoslo a cabo el asumir compromisos. TODOS, JUNTOS, CRISTIANOS NUCLEADOS EN EL CICU, LA FIEU, JUDIOS, MUSULMANES, TODAS , TODAS LAS EXPRESIONES RELIGIOSAS PRESENTES EN NUESTRA SOCIEDAD.

No nos creamos el “eje de la relación con Dios o con la Comunidad “. ¿ porqué nos cuesta tanto hacer con el otro, no solos?

¿ estamos convencidos que vale la pena jugarse la vida por algo que termina dándole sentido a la vida?






Los compromisos no pueden ser “ emocionales “ ni tampoco “ intraeclesiales” ,sino afectivos.
¿ nos comprometemos con todo lo que somos, con nuestro tiempo, con nuestro dinero, compartiendo lo que somos, lo que tenemos, lo que podemos, las virtudes y carismas que cada uno ha recibido como regalo del Creador?

Nos debe motivar comprometernos con el Reino de Dios que viene, que ya está, pero no completamente.

¿ nos entusiasmamos, corremos la aventura, el riesgo?


¿Nuestras comunidades, son capaces de tomar postura real frente a los problemas que van detectando?

Muchas veces hablamos de “ conversión social “ pensando que los otros deben convertirse, NO, NOSOTROS DEBEMOS CONVERTIRNOS PRIMERAMENTE.

Gracias por su tiempo.

Prof. Milton Iglesias Fascetto
Diácono Permanente

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